Sonrisitas :3

viernes, 27 de septiembre de 2013

Prógolo.

La chica tenía la mirada fija en la ventanilla, pasó sus largas uñas por esta provocando un pequeño ruido, el cual no le importo hacer. Desde la separación de sus padres y que su madre se haya casado con el padre de su mayor enemiga era algo que solo con pensarlo le entraban nauseas.
- Lidia, Lidia cariño despierta.- le pidió la mujer a su adolescente.
- No estaba dormida.- dijo enfadada mientras le miraba a esos par de ojos chocolates que había heredado.
- ¿Sigues enfadada?- bufó mirando a su hija.
- Lo que no comprendo es que en vez irnos a España no hemos quedado aquí, ¡EN UK!- exclamó llevándose las miradas de los pasajeros que se encontraban a sus lados, la castaña rodó los ojos.
- John vive aquí cariño, además yo no puedo dejar mi trabajó.- contestó acariciándole el cabello.
-Esa es otra.- dijo mientras se quitaba bruscamente la mano de su madre del cabello.- ¿Porque te has tenido que casar con el padre de Amber?- preguntó entre-cerrando los ojos.
- Algún día lo entenderás.- suspiró.- Aparte, John es muy bueno y Amber un angelito.- añadió mientras volvía a su posición anterior.
- Un angelito con cara de perro.- susurró.
- ¿Has dicho algo?- le preguntó la rubia a su hija, haciendo que esta negará rápidamente.
No se quería ir a vivir a esa casa, quería irse a vivir con su padre, a Doncaster pero claro, tendría que soportar a la "maravillosa" familia Parker y lo mejor que todo, al novio de su ahora; hermanastra.



****

El sol entra en la habitación provocando que la chica abriera los ojos lentamente. Un bostezó se escapó de sus labios, desvió su mirada al reloj que yacía en su mesa de noche cuándo...
- ¡Harry Edward Styles!- gritó a todo pulmón.- Preparate para morir!- continuó.
No le importaba estar en pijama, no le importaba las pintas que tenía, ahora solo tenía un objetivo; matar a su primo.
La huerfana salió disparada de su habitación, con el pijama de Hora de Aventuras y sus zapatillas azul cielo.
- ¡Mis rulos no!- exclamó el oji-verde cuándo vio aparecer a Laura con unas tijeras en las manos.
- Tu te lo has buscado.- dijo amenazante mirando fijamente los ojos verdes que tanto deseaba haber heredado.
- Zayn esta allí con Amber, ¿seguro que quieres que te vea así?- le preguntó pícaro levantando sus cejas.
La chica se puso nerviosa, se arrepintió de haberle contado a su primo que estaba loco por uno de sus mejor amigo.
- Te odio.- susurró dejando las tijeras en la encimera y corriendo escaleras arriba.


****

- ¿QUE? ¿Porque?- preguntó la rubia.
- Vamos, un cambió nunca esta mal.- contestó su madre.- Y quién sabe, quizás conozcas a un chico mono.- levanto las cejas arriba y abajó.
- ¡Mama!- se sonrojó.- Además sabes que soy demasiado timida.- agregó mientras se cruzaba de brazos.
- Lo que tu digas.- dijo haciendo caso omiso.- Ve haciendo las maletas, mañana nos vamos.- sonrió mostrando su dentadura blanca.
- Entonces, ¿Va enserio? ¿Nos mudamos a Londres?- preguntó desanimada.
- Si cariño.- depositó un beso en su frente y se fue a por un café a la cocina, dejando a la chica sola, triste y metida en sus pensamientos.


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- Nazaret! Baja a comer!- oyó la chica el grito de su madre desde la cocina.
- Voy!- respondió esta mientras se acababa de colocar sus converse.- ¿Que vamos a comer?- pregunto sentándose en su respectivo asiento.
- Hola a ti también.- ironizó su madre riendo.- Pasta.- contestó a su pregunta mientras le servía el plato.
- ¡Que rico!- exclamó como si fuera una niña pequeña.
- Come bien.- le ordenó como si tuviera tres años.
La chica puso morritos, cosa que su madre ignoró olimpicamente.

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- Mama, ¿me dejas dinero?- Pregunto la castaña apareciendo de las escaleras.
- Espera un momento.- se oyó desde el baño.
- Esta bien.- contestó desinteresada.
Se oyeron pasos de tacones por la escaleras, en señal que su madre ya había comenzado en "busqueda" de el dinero. La castaña hecho una mirada al reloj impaciente, había quedado con su novio en quince minutos y si no se apresuraba iba a llegar tarde.
- Toma, treinta euros.- le extendió.- Te quiero aquí a las dos, ni un minuto mas.- avisó.
- Que si.- rodó los ojos.- Adiós mama!- se despidió de un beso en la mejilla.
Salió de su casa haciendo ruido con sus pequeños tacones, entusiasmada por encontrarse con el chico de sus sueños......o eso pensaba ella